EL DEVENIR
Esta procesión de palabras
atadas a la angustia,
son mariposas refulgentes
huellas del alma,
estos silencios de cristal...
ruptura estridente
que hiere al hombre
peregrino de la noche...
Loco bohemio
Enclavado en su soledad
Crucificado y cifrado por el olvido...
Héroe en la eternidad de un día,
Vagabundo al sucesivo instante.
Una mirada vasta
Para descubrir su rastro,
Una mirada entonces
Para revelar su rostro
Viejo de tiempo
Curtido y enjuto
Este desdén
Este mutismo
Que quema...
Y el caminante aventura su camino...
RENOMBRANDO EL TIEMPO
La eternidad de la palabra quemante
en la palma celeste,
disipa la voz del trueno
que se detuvo en el tiempo,
calcina la piel y los huesos,
y la sombra de recuerdos.
el suspiro quedo de invisibles
alfileres, se clavan
despiadados en el alma retraída
de rostros lejanos de evocadas presencias.
perturban el silencio,
musitan en secreto su desesperada ausencia.
el lenguaje cifrado del iniciado
evoca imágenes distantes
que expliquen su presencia.
eterna voz de tiempo
que desenreda su madeja
en vuelos infinitos
de historias muertas
y ahí, yace el hombre
renombrando las cosas
para evadir los espejos celestes
que proclama el olvido;
ahí, penetra la palabra para definirse
a sí mismo,
se nombra y se renombra
para proclamarse eterno.
Precipitud vertical de la gota diáfana
Que ha de perforar la roca,
Vuelo lánguido de pájaros sombríos
Devorándose el día,
La obstinada espiga apunta al nirvana
Con sus ojos celestes de humildad,
Y el exánime caminante asume el presagio
Para extinguir caminos y disipar la pluralidad
Su tronco
Atesora los círculos místicos
Que grito a grito
golpe a golpe
desvanecen su voz
ya, una lánguida sombra
atraviesa el umbral,
ya, una fatigada lagrima
cae
abriendo sus manos al distante
camino...
CALARCA
Inquiriendo el oráculo, el chamàn
Triste y sollozando, presagia
La sombra que a tientas se allega
Con mascara
y olor a traición.
cayendo envuelto en halo de locura.
La flama de odio atizada por Borja
como saetas encendidas ha calado
la esencia del Cacique Combeima,
Rebautizado desde la cristiandad
Baltazar dictado de deslealtad...
¡Solo tu raza llora en silencio!
¡Solo tu casta lamenta el horror!
La voz del óbito penetró
Por el dorso sorprendido de Calarcà
La lanza renegada con sangre pura encendida está,
Petrificada en el silencio.
El guerrero de tiempo en tiempo
Con su mirada de cristal
Estremece a su agresor...
La danza de muerte
Entre sombras abraza
Al guerrero dorado
Que fenece en la eternidad.
RUBEN DARIO PIEDRAHITA
3 comentarios:
Hola un saludo, veo unos buenos poemas aquí, en medio del caos del HTML, espero lo arregles
Saludos desde Ibagué
viejo si usted es menor de 27 años por favor entra al observatorio de juventud
Felicitaciones Rubén Darío, cada paso es una meta y cada meta es un paso. Sigue adelante con tu Propuesta Poética, que nos llena de orgullo a los tutores del IDEAD.
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